Antes de explicar por
qué se conmemora esté día y el porqué de llegar a ser un día mundial, debemos de entender algunos conceptos básicos que
son importantes:
La violencia según la
Organización Mundial de la Salud (OMS) es el uso intencional de la fuerza física,
amenazas contra uno mismo, otra persona, un grupo o una comunidad que tiene
como consecuencia o es muy probable que tenga como consecuencia un traumatismo,
daños psicológicos, problemas de desarrollo o la muerte.
Mientras que la
violencia sexual la define como: “todo acto sexual, la tentativa de consumar un
acto sexual, los comentarios o insinuaciones sexuales no deseados, o las
acciones para comercializar o utilizar de cualquier otro modo la sexualidad de
una persona mediante coacción por otra persona, independientemente de la
relación de esta con la víctima, en cualquier ámbito, incluidos el hogar y el
lugar de trabajo.
Entendiendo lo
anterior se fundamenta con lo siguiente, el porqué de la conmemoración del 19
de junio como el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia Sexual en
los Conflictos.
Los efectos de la
violencia sexual vinculada a los conflictos se dejan sentir durante
generaciones debido al trauma, el estigma, la pobreza, los problemas de salud y
los embarazos no deseados. A los niños concebidos como resultado de la
violación en tiempos de guerra les etiqueta de “mala sangre” o “hijos del
enemigo” y son marginados en el entorno social de la madre. Estos niños
desarrollan problemas de identidad y de pertenencia mucho tiempo después del
final del conflicto. La sociedad en la que viven raramente los acepta. Pero por
otro lado hay situaciones que se tienen que analizar tal es el caso de los
abortos las condiciones poco higiénicas en la que se llevan a cabo son una de
las causas principales de la mortalidad materna en situaciones de conflictos.
El estigma asociado a
la violencia sexual puede durar toda la vida y, en ocasiones, tener
consecuencias letales tanto para las personas que han sido violadas como para
los niños concebidos en esa violación. El apoyo socioeconómico para la
reintegración, encaminado a diluir el estigma y restablecer el tejido social, debería
formar parte de todas las iniciativas de reconstrucción postconflicto.
En este día, se busca
fomentar la solidaridad con las personas
que han sobrevivido a la violencia sexual en los conflictos y son
estigmatizadas por distintos motivos interconectados, como ser asociadas con
grupos armados o terroristas y haber tenido hijos fruto de la violación a manos
del enemigo.
A menudo, a estos
seres (mujeres y niños), se los percibe
más como parte de los grupos violentos que como sus víctimas. En ocasiones,
estos niños quedan en un limbo legal, como apátridas, convirtiéndolos en
objetivos fáciles para el reclutamiento por parte de grupos armados, la
radicalización, la trata y la explotación.
La OMS menciona que
todo esto afecta de manera amplia a la paz, seguridad y derechos humanos. Sin
embargo, la cuestión es que los niños nacidos de la guerra no se ha incluido en
el marco internacional de los derechos humanos, ni en el ámbito de la paz y la
seguridad, convirtiéndolos así en víctimas sin voz.
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Fuentes: OMS, OPS,
Naciones Unidas
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